Solo se puede vencer siendo pueblo.

Puede que las bases socialistas estén perdiendo el entusiasmo que se despertó en ellas en los pasados Congresos Autonómicos, que incluso empiecen a estar indignadas al ver como todo aquellos que parecía ser el camino de la recuperación de la ideología propia del socialismo con los tintes nacionalistas propios de cada País se están diluyendo como el azucarillo en un vaso de agua.

Si, cierto que se necesitan acuerdos con la sociedad, pero no se debe de reincidir en los mismos errores de años anteriores, si el acuerdo con las élites son necesarios, pero ellos solo representa un exigua minoría, es el acuerdo con la mayoría, con el pueblo la que se necesita, para ello quizá debamos de desnudar hasta el alma el corazón del partido, limpiar los pasillos de prejuicios, medias verdades y fantocherias, dejar las grandes balconadas y bajar al suelo, a ese suelo donde se mueven los ciudadanos, esos ciudadanos que hoy caminan encorvados y sin esperanza ahogados por el peso de la crisis que la derecha esta haciendo caer sobre sus espaldas.

Si, se deben de buscar acuerdos, pero acuerdos de futuro, acuerdo con la mayoría, acuerdo con el pueblo, con todos y cada uno de los ciudadanos, pues son ellos al final los que votan.

Pero para conseguir comulgar con el pueblo deberemos por una vez de dejar de colocar al individuo por encima de la multitud, no todo lo contrario deberemos de bajar y mezclarnos con es maltratad muchedumbre tal como hicieron Pablo Iglesias, Largo Caballero, Negrin y tantos otros socialistas que lucharon con esa muchedumbre codo con codo, esos que lucharon por el polvo rojo de España, que aun teniendo razón fueron derrotados.

Solo si somos capaces de asumir el espíritu de 1978, de recuperar la memoria y los orígenes podremos volver a entusiasmar al pueblo, de hacerle sentir que él es necesario, que sin su ayuda, son su colaboración no se puede transformar la sociedad, que son ellos junto a nosotros las izquierdas, los socialistas los únicos que pueden construir el verdadero estado del bienestar,

Alicante ya queda lejos.

Si, Alicante ya queda lejos, muy, tal vez demasiado lejos, si estimados compañeros y el PSPV continua necesitado de un cambio radical, mas bien total, necesitamos cambiar ya no solo la ideología socialdemócrata y jacobina heredada, si no también con toda posibilidad a personas, ya no por la edad, esa no importa en política, si no por romper una cadena, por romper con la rutinaria tarea de oposición, que casi se diría se ha convertido en una moneda gastada, corriente y muy cómoda, demasiado cómoda, que termina anulando las opiniones, convirtiéndolas en simples y repetitivas, se convierten en simple apariencia que lleva a la desconfianza de los ciudadanos.

Puede ser que algunos se han dado cierta cuenta de esto y piensan que lo acordado en Alicante y la actual actuación del PSPV se contradice, no comprenden como ese afán de verdad y de cambio en profundidad , de esa vuelta al espíritu de 1978, del verdadero PSPV se reprime paso a paso y día a día, cuando el vocablo País Valenciano esta casi en desuso, cuando incluso algunos lo han borrado de sus discursos, es por ello que alguien deberá de afanarse en retomar el rumbo que se aprobó en Alicante, ese rumbo y esa regeneración no solo demandada por las bases, si no también por una sociedad que cada día se siente mas abandonada y menos representada, una sociedad el pueblo valenciano que cada día ve mermados sus derechos.

Si, va siendo hora de recoger los pedazos de aquel denostado PSPV y comenzar a pensar no solo en su regeneración si no en su relanzamiento como única vía y cauce de izquierdas para las necesidades y derechos del pueblo valenciano,

No, esa ley electoral no es la mia.

En una verdadera democracia mi muy querido amigo y compañero todas las voces de los ciudadanos o al menos la mayoría de ellas debe de oírse en el agora, hoy estimado compañero, hoy eso en la democracia española no ocurre, y no ocurre porque allá por 1978 se tubo que pactar una ley electoral a gusto de los sectores mas involucionistas, las residuallas del franquismo, una ley electoral indigna e injusta, una ley electoral donde los pinos de Soria también votan, no, esa ley electoral debe de ser cambiada.

Y mi muy apreciado amigo, compañero, cambiar la ley es fácil, muy fácil, tan solo hace falta voluntad democrática, un hombre un voto, si, pero que ese voto tenga el mismo valor en todo el país, para eso basta hacer una simple división, numero de votos validos emitidos dividido por numero de escaños a atribuir igual a numero de votos necesario para obtener un escaño, dos, tres.........................................................., sencillo, ?verdad¿

Toda acotación en porcentaje de votos que se establezca es negar a las minorías la capacidad y el derecho democrático a ser oídas en el agora, al hacerlo se desnaturaliza la propia democracia, y define a aquellos que defienden estos sistemas pseudodemocráticos.

No mi buen amigo y compañero, como decía Raimon, no, jo no soc de eixe mon, yo como creo que tu queremos cambiar la ley electoral, tu como yo creemos en la verdadera democracia, pluripartidista, libre e igual para todos.

Xantatge a un poble.

Diu Raimon i ou diu molt be :qui pert els origens pert la identitat; aixo i no una altra cosa és el que han perdut els partits de l’oposicio a Xàtiva alaceptar el xantatge a que han segut sotmesos per a llevar el titul d’Alcade a un feiciste com el general Franco, no, a les hores aquells que han aceptat el xantatge l’unic que han fet és vendrer no sols la pròpia identitat c

om a valencians, si no a tot un poble, i és que al vist a molts se’ls plena la boca en el seu nom mes a l’hora de defensar-lo callen i com nou botiflers venen la seva terra per un grapat de vots o al menis aixo és pensen, aixi perguerem els valencians totes els guerres, el “no pasaran” va quedar en res i aixi de nou l’esquerra, l’oxatera esquerra és torna en darrera i traïx a tots aquells que han mort en el nom del País València des de l’Almansa i com no en Xàtiva, Que, senyors de l'oposicio ?quan posaran cap en amunt al criminal borbo Felip V?