viernes, 9 de noviembre de 2012

Propuesta de un socialista de base como alternativa a los desahucios



Un préstamo hipotecario es equivalente al empeño de una joya u otro objeto, pues en ambos casos son el banco y el perista los que valoran el bien empeñado, y la persona hipotecada o empeñada deberá de devolver el dinero prestado mas el interés acordado, si no lo hace perderá el bien enajenado, quedado de esta forma saldada la deuda.
No obstante en el caso de una hipoteca sobre una vivienda se debería de tener en cuenta el dinero aportado, es decir el capital amortizado hasta el momento en el que se deja de pagar, así pues llegado ese instante se tendrá que valorar el capital pendiente mas los intereses pendientes de pagar hasta el vencimiento del préstamo, lo que dará el valor real de la deuda del hipotecado con el banco, si el valor de la suma de ambos conceptos es igual al valor de tasación que sirvió de referencia para financiar el préstamo, con la dación de inmueble quedara saldada la deuda, si el valor de inmueble en menor que dicha suma aparte de dejar ene dación el inmueble el hipotecado vendrá obligado a pagar la diferencia, de igual forma el banco vendrá obligado a devolver al cliente el dinero sobrante cuando el valor de inmueble sea superior a la deuda pendiente.
Y se dirá que las entidades financieras no darán prestamos, si no lo hacen el estado dejara de prestarle dineros a las mismas entidades, reclamándoles a continuación todos los capitales empleados para su rescate, y procederá a la apertura de un banco publico inmobiliario a fin de garantizar el derecho de los españoles a una vivienda digna, y por supuesto esta medida tendrá carácter retroactivo al inicio de la actual crisis financiera que esas entidades con su especulación inmobiliaria han creado.