Ahora ya rebullen inquietos en sus sillones todos aquellos que
pretender quisieran de un puesto en las listas de la europeas, de
nuevo se les exigirá a las bases movilización y
obediencia ciega, la filosofía propia de la social democracia
europea, que diferente de aquella otra que descansa sobre las bases,
el programa, las propuestas, la propia ideología socialista,
esa que ya antaño marcara el camino no ya de las reforma no,
si no la transformación del estado.
Hoy los ciudadanos ya no esperan grandes medidas reformista, no, si
no verdaderas transformaciones y que han comprobado que dentro de una
sistema pequeño burgués anclada en una división
de poderes desde la cúpula no puede ser llevada a cabo.
Si, llegan la europeas y nadie sabe quien sera cabeza de cartel, de
nuevo no sera elegido por las bases en unas primarias, no sabrán
esas bases que medidas, bajo que programa se presenta, que va a
defender en Bruselas, y por supuesto tampoco se sabrá quienes
le acompañaran en las listas, nada cambia, cuando esas listas
podrían ser propuestas y votadas por los militantes,
confeccionadas con los candidatos elegidos bien por provincias bien,
por autonomías, todas ellas podrían tener una voz que
les representara en Europa. Pero las viejas costumbres cuestan mucho
de olvidar, y unos pocos elaboraran unas listas bajo no se sabe que
criterio, no es elección es designación todo lo opuesto
a democracia, y ?así se pretende recuperar la confianza del
pueblo¿
El verdadero cambio que necesita el socialismo es suprimir el actual
sistema de elección de los cargos y órganos, no por no
ser democráticos, si no por devolver a las bases el poder real
de elección que se les ha usurpado, restableciendolo sobre
nuevas bases electorales, eliminando de facto esas estructuras de
poder que impiden la regeneración del socialismo, obstaculizan
la refundacion, la vuelta a los orígenes, la comunión
con aquellos que son los pilares fundamentales sobre los que se
asentaba y se asienta el partido socialista, los trabajadores.