La inutilidad de la clase
política en general, su corrupción, si falta de ética han sido y
son el espejo donde se miran los trabajadores privilegiados, esos que
pese a la crisis siguen con ese ritmo de vida despreocupada, simples
burgueses que creen que apadrinando un niño limpian su conciencia,
esos burgueses que siguiendo el ejemplo de los lideres del gobierno
miran hacia otra parte o se van de crucero mientras la tragedia se
cierna sobre casi seis millones de trabajadores, al final vuelven a
estar presentes las dos Españas, la negra, ruin, intolerante,
caciquil y católica España de los privilegiados , y la España
real, la hambrienta de sus derechos, de su libertad, la esclava de
esos que devoran sus esfuerzos y sudores, como cantara el poeta del
pueblo, el siempre recordado Miguel Hernandez :¿De donde saldrá el
martillo verdugo de esa cadena?
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