Oportunidades
perdidas, ese ha sido el camino recorrido por el socialismo en
treinta y cinco años de andadura democrática, oportunidades de
haber transformado el estado de acuerdo a los principios socialistas
y no comenzar tímidas reformas sociales presentándolas como grandes
logros sociales pero carentes de blindaje frente a la retrograda y
rencorosa derecha española que los ha ido desmontando uno a uno.
Oportunidades
perdidas de haber transformado la economía de acuerdo a los
postulados de la economía socialista, abandonándola en busca de un
neo liberalismo padre de la venta a terceros de las empresas publica,
padre de la corrupción que corroe el tejido financiero y político,
incando incluso sus dientes en el sindicalismo.
Oportunidades
perdidas cuando para ocular las propias vergüenzas re recurre a los
pactos antinatrura con la derecha, cuando se recurre a pactos de
silencio para que no se aireen los trapos sucios, pactos que llevan a
cabo aquellos que han convivido y no han denunciado la corrupción
propia con el único fin de mantener su puesto, para incluso medrar y
dar cumplimiento a la propia ambición de poder, al personalismo
propio por encima de la ideología y del interés del pueblo.
Oportunidades
perdidas por no haber tenido la grandeza de espíritu socialista y
haber barrido desde el ático al sótano todas las telarañas y
vicios que han hecho posible que la ideología yazca en un rincón
cubierta de polvo, que los ciudadanos hayan perdido y sigan perdiendo
la confianza ya no en esos lideres, sino no en la propia
organización, confianza que solo se puede recuperar si el socialismo
fuera como el Ave Fénix, y se inmolar en el fuego purificador para
así volver a resurgir de las cenizas, armado con aquella ideología,
aquella que era la herencia de Pablo Iglesias y que fue desterrada
en el XXVIII Congreso del PSOE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario