martes, 8 de octubre de 2013

Quo vadis PSPV

Mal pinta el futuro para el pueblo valenciano, pues mal se puede defender el interés del pueblo, el futuro de un país se renuncia al propio origen, si, el señor Puig ha presentado en sociedad la Declaración de los socialistas valencianos, y a lo visto ha olvidado a los socialistas castellonenses y alicantinos, y eso viene ligado al olvido del origen, pues valencianos, alicantinos y castellonenses son los ciudadanos del País Valencia, y por ende socialistas del País Valencia, y en consecuencia se debiera de haber presentado la Declaración de los socialistas del PV.
Si, tiene razón al decir el señor Puig que se debe de llegar a acuerdos, pero no contra natura como hasta la fecha han sido, pactos vergonzosos con la derecha reaccionaria del PP, si no los acuerdos de futuro con los aliados naturales, con todas las fuerzas de izquierdas y progresistas, solo así se puede vislumbrar la recuperación cultural, social y económica del País Valenciano.
Como no van a tener la obligación cívica de preguntarse los dirigentes de los partidos hacia donde se dirige el País Valenciano, seria de necios e irresponsables no hacerlo, aunque ese parece ser el distintivo de la derecha valenciana, de ahí que de seguir ese camino solo nos aguarda un abismo.
Y es la propia in definición de las políticas de la oposición, ese simple esperar a que caiga la fruta de madura, unida a la corrupción que gangrena a la clase política la responsable del alejamiento de los ciudadanos de la política, de la desconfianza hacia los políticos en general, y es que las mentiras y el no cumplir con lo prometido en la campaña electoral al final tiene que pasar factura, y esa factura como no, la paga la propia democracia, una democracia que tampoco se respeta en algunos partidos políticos donde se impide que cada militante sea elector y elegible sin ninguna cortapisa, sin ninguna barrera que le impida aspirar a la dirección del mismo, donde cada militante sea un voto.
¿Como se puede ser fiel al propio pueblo si se renuncia la propio origen¿ eso resulta imposible, si, si se renuncia al origen se renuncia la propia identidad tanto política como social, se renuncia a las señas que nos distinguen como ciudadanos de un pueblo, unas señas a las que también se renuncia cuando no se lucha por ellas y se acepta la imposición de otras que le son ajenas, si, la seña de identidad del País Valencia viene representada por su bandera, su himno y su lengua, que decir de la bandera, una bandera impuesta desde la derecha, una bandera que no representa a todos, valencianos, alicantinos y castellonenses, pues es la senyera de la ciudad de Valencia que no la de País, esa es pese a lo que pese el Peno de la Conquesta del Rey Jaume I, la cuatribarrada, y si miramos el famoso himno de la región valenciana, el himno de la exposición a quien representa siempre es a la botiflera ciudad de Valencia, y si hablamos de la lengua la eterna olvidada encontraremos.
Y habiendo renunciado a un acuerdo común con toda la izquierda, habiendo renunciado a un proyecto de País, habiendo renunciado al origen y señas de identidad yo me pregunto ?quo vadis PSPV, .

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