Mal pinta el futuro para
el pueblo valenciano, pues mal se puede defender el interés del
pueblo, el futuro de un país se renuncia al propio origen, si, el
señor Puig ha presentado en sociedad la Declaración de los
socialistas valencianos, y a lo visto ha olvidado a los socialistas
castellonenses y alicantinos, y eso viene ligado al olvido del
origen, pues valencianos, alicantinos y castellonenses son los
ciudadanos del País Valencia, y por ende socialistas del País
Valencia, y en consecuencia se debiera de haber presentado la
Declaración de los socialistas del PV.
Si, tiene razón
al decir el señor Puig que se debe de llegar a acuerdos, pero no
contra natura como hasta la fecha han sido, pactos vergonzosos con la
derecha reaccionaria del PP, si no los acuerdos de futuro con los
aliados naturales, con todas las fuerzas de izquierdas y
progresistas, solo así se puede vislumbrar la recuperación
cultural, social y económica del País Valenciano.
Como no van a
tener la obligación cívica de preguntarse los dirigentes de los
partidos hacia donde se dirige el País Valenciano, seria de necios e
irresponsables no hacerlo, aunque ese parece ser el distintivo de la
derecha valenciana, de ahí que de seguir ese camino solo nos
aguarda un abismo.
Y es la
propia in definición de las políticas de la oposición, ese simple
esperar a que caiga la fruta de madura, unida a la corrupción que
gangrena a la clase política la responsable del alejamiento de los
ciudadanos de la política, de la desconfianza hacia los políticos
en general, y es que las mentiras y el no cumplir con lo prometido en
la campaña electoral al final tiene que pasar factura, y esa factura
como no, la paga la propia democracia, una democracia que tampoco se
respeta en algunos partidos políticos donde se impide que cada
militante sea elector y elegible sin ninguna cortapisa, sin ninguna
barrera que le impida aspirar a la dirección del mismo, donde cada
militante sea un voto.
¿Como se puede
ser fiel al propio pueblo si se renuncia la propio origen¿ eso
resulta imposible, si, si se renuncia al origen se renuncia la propia
identidad tanto política como social, se renuncia a las señas que
nos distinguen como ciudadanos de un pueblo, unas señas a las que
también se renuncia cuando no se lucha por ellas y se acepta la
imposición de otras que le son ajenas, si, la seña de identidad del
País Valencia viene representada por su bandera, su himno y su
lengua, que decir de la bandera, una bandera impuesta desde la
derecha, una bandera que no representa a todos, valencianos,
alicantinos y castellonenses, pues es la senyera de la ciudad de
Valencia que no la de País, esa es pese a lo que pese el Peno de la
Conquesta del Rey Jaume I, la cuatribarrada, y si miramos el famoso
himno de la región valenciana, el himno de la exposición a quien
representa siempre es a la botiflera ciudad de Valencia, y si
hablamos de la lengua la eterna olvidada encontraremos.
Y habiendo
renunciado a un acuerdo común con toda la izquierda, habiendo
renunciado a un proyecto de País, habiendo renunciado al origen y
señas de identidad yo me pregunto ?quo vadis PSPV, .
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