lunes, 17 de octubre de 2011

Sobre un Dios impuesto.




Como ha ocurrido desde siempre a Dios o a los Dioses se acude cuando se necesita de sus favores, mientras tan vacíos están los actuales templos, mezquitas o sinagogas como en la antigüedad, salvo que el país en cuestión este gobernado por una teocracia, tal y conforme ha ocurrido hace unos siglos en muchos países de Europa y que sigue vigente en los países árabes, en cuyo caso no es la fe en Dios, si no el temor al castigo por parte de sus representantes lo que las llena, aun recuerdo las paletadas en las manos con las que mi maestro me obsequiaba cuando no sabia las lecturas y el evangelio correspondiente a domingo, para nosotros aquellos que vivimos la dictadura de Franco y anteriores, pero estos castigos eran una bicoca al lado de los que regalaba la Santa Inquisición a todos aquellos que opinaban al contrario que la Iglesia.
Con la llegada de la democracia y la culturización del pueblo, las supercherías de la iglesia y las supersticiones se han ido desmoronando, tal es así que incluso podemos llegar a pensar que si existe Dios, puede ser uno o varios, o incluso podía ser mujer, están abiertas todas las posibilidades, tanto es así que se puede cuestionar toda la bibliografía sobre las que se basan las doctrinas monoteístas, unas doctrinas que mas parecen ser las normas de una secta que los dogmas de una religión Universal.
La memoria y la historia que el Vaticano , sus dirigentes, o los dirigentes de otros monoteismos han intentado ocultar se abren paso a paso poniendo en evidencia una verdad incuestionable, si no hubiese sido por la sistemática eliminación, dígase genocidio de todos aquellos que eran contrarios a esas sectas, estas jamas se hubiesen asentado en nuestra cultura, pues no existen doctrinas mas intolerantes con aquellos que no creen en ellas, incluso a lo largo de la historia y actualmente siguen las diferentes sectas, con sus diferentes formas de interpretar lo escrito degollándose unos a otros, uniformidad y miedo esa es la perniciosa herencia que dejan tras de si los monoteístas,
Si bien los dioses antiguos al parecer no eran perfectos, pues mas parecían tener los mismos gustos y vicios de los humanos, al menos no exigían a sus seguidores que masacraran a todos aquellos que no creían en ellos, a diferencia del Dios monoteísta del que se dice perfecto que si que lo hacia y aun lo hace, negando incluso la igualdad del hombre y la mujer, incluso negandole sus derechos como persona.
Si, al final resulta verdad aquella máxima que nos dice que la cultura te hace libre, pues es la cultura rompe las cadenas de la superstición y los miedos con los que las religiones monoteístas habían esclavizado a los pueblos, al derribar de sus pedestales a los viejos dioses.

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