jueves, 28 de junio de 2012

La revolución pendiente.




No, al parecer la cúpula del PSOE no se ha percatado o no quiere abrir los ojos a la realidad, al contundente rechazo al conformismo pactista, a la sumisión a la forma de gobernar del PP, siguen empecinados en su marcha hacia el desierto, haciendo callar en su interior a las voces y corrientes que le piden un regreso a la ortodoxia de izquierdas, a los principios que inspiraron a Pablo Iglesias, Largo Caballero y tantos otros que hicieron posible que en España la clase obrera gozara de los derechos y libertades que les corresponden.
Esa política socialdemócrata, pequeño burguesa que se había instalado como un cáncer en el esqueleto del verdadero socialismo, también lo había hecho en el PSPV conforme ha quedado patente en el Congreso Provincial, causando la quiebra interna como consecuencia de intento de aferrarse a sus cuotas de poder orgánico perdido, olvidando (aunque ya lo habían olvidado) que no es la persona, ni tan siquiera el cargo que desempeña, que son los derechos de los ciudadanos lo importante.
Si, al igual que el capitalismo lleva en su interior el germen de su propia destrucción, la social democracia también lo lleva, en su afán de conseguir el poder por el poder se le hace necesario contar con las llamadas clases medias y la pequeña burguesía, y tal como dice el refrán quien se junta con un cojo al año cojo y medio, si, pierden su ideología contagiándose de la conservadora, olvidando el principio de igualdad que deben de defender.
Se avecinan tiempos tormentosos al País Valenciano, la crisis del capitalismo, el derroche, la falta de una verdadera oposición, de una verdadera alternativa desde la izquierda hacen casi imposible la salida hacia adelante socialmente y económicamente, esa tormenta perfecta hija del derroche, del despilfarro, de la corrupción que hoy afecta al País Valencia solo puede ser derrotada, saneada si el PSPV asimila la revuelta política nacida del 12ª Congreso, si es capaz de impregnarse de cierto anarquismo que haga despertar la perdida ansia de transformar la sociedad,

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