Tal vez si los ayuntamientos recobrasen su verdadera esencia no existirían esas deudas que los asfixian, ellos no son gobiernos en miniatura, o al menos no debieran serlo, los responsables municipales no son ministros, ni tienen porque tener sus sueldos, unos sueldos que sangran las arcas municipales, los gobiernos municipales debieran centrar su actuación de el mantenimiento de los servicios y las condiciones de vida en las poblaciones, los grandes temas de urbanismo, planes generales, país, debieran de estar coordinados desde la propia Generalidad con la colaboración del municipio, bajo la batuta de una política desarrollista en igualdad para todos los territorios y respetuosa con el medio, que garantizase el futuro y la prosperidad por igual para todos los municipios, concediendo una real igualdad de oportunidades a su desarrollo, tanto si son pueblos de interior, como si lo son costeros.
Cuando el concejo municipal de dedique a las tareas propias una vez eliminado ese nido de corrupción y desigualdad que es el urbanismo en su faceta desarrollista, casi se diría que la mitad de los funcionarios sobraría, y que como antes cuando los regidores no tenían sueldos, y los municipios funcionaban, podrían volver a funcionar, aunque hay que reconocer que hoy no funcionan y están llenos de deudas, el motivo no es otro que el expuesto, y es que para los alcaldes y concejales pagar sus “proyectos” no les duele, pagan con el bolsillo del vecino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario