La historia no es una narración, ni un cuento, ni una fabula es la simple y llanamente recopilación de unos hechos, acciones, sucesos acaecidos a lo largo del tiempo, pero eso si esa historia “ oficial” siempre esta escrita por los vencedores, los supervivientes, de los perdedores, de sus motivos, de su causa no se habla, se pierde en el olvido, permaneciendo escondida, trasmitida furtivamente muchas veces de boca a boca.
Con el paso del tiempo, cuando el polvo lo ha cubierto todo, los “historiadores” a la luz de los documentos si que pueden de una forma objetiva, racional, equitativa y justa analizar los pormenores de esos hechos pasados, incluso desmontando mitos creados, por la propaganda, aun así siempre quedan fanáticos convencidos de todo lo contrario, en la Alemania actual aun hay alemanes que niegan el Holocausto del pueblo judío bajo el gobierno de Hitler.
Bajo esta óptica el respeto a ciertos personajes de la historia se desvanece como tal, al quedar demostradas sus cualidades, así la historia no perdona, Nerón, Caligula, Robespiere, Marat, Stalin, Hitler Musolini, Pinochet, y cientos de ellos mas, todos alabados en su tiempo, amados y respetados por sus respectivos pueblos, la historia los ha puesto en su lugar, eso mismo ha ocurrido en España, lo ha hecho muchos años después de la llegada de la Democracia, el juicio de la historia es inexorable para todos, incluido el General Francisco Franco, coautor de un intento fallido de golpe de estado, un intento de derrocar al Gobierno legitimo de España, una irresponsabilidad que se convirtió en una cruenta y salvaje contienda entre hermanos, asesinatos, barbaries, venganzas, sangre derramada en la piel de toro por una simple ambición de poder de un hombre, de una parte de la sociedad y el clero un grupo que le apoyo, guerra que para muchos de los vencidos no acabo un uno de abril de 1939, sino que concluyo a la muerte del General, cuando pudo volver del exilio.
La historia, la memoria esta ahí, el tiempo todo lo borra, nos envilece o nos enaltece, el querer reconocer la verdad solo esta en nuestra voluntad, puesto que no hay mas ciego que aquel que y no quiere ver, la nueva historia de España se basa en la objetividad de los eruditos, de sus investigaciones, de los documentos, la verdad se puede decir sin miedo, y solamente reconociendo los errores de ese pasado se puede mirar de frente al porvenir de un nuevo estado en este mundo globalizado.
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