martes, 21 de junio de 2011

La culpa es del demonio.

La nominación del candidato socialista a las próximas elecciones generales ha supuesto un bálsamo curativo, no solo para las heridas morales del desastre electoral sufrido, si no también ha calmado el enfrentamiento abierto entre los sectores en el seno del socialismo,entre aquellos que buscan la transformación de la sociedad y aquellos otros que desde la caída de la concepción marxista del partido han mantenido la hegemonía, esos reformistas progresistas, que mas que políticos, al parecer en la mayoría de los casos son verdaderos profesionales de la política, pues perviven enquistados, como los antiguos trabajadores fijos no solo en la estructura de la administración, cuando no en el mismo esqueleto orgánico del PSOE.
Pero se quiera o no se quiera reconocer desde las capas rectoras de los socialistas, la decepción ha sido total, pues, aun admitiendo que sabiendo lo que se les venía encima, nunca llegaron a concebir la magnitud del desastre, de ahí que algunas voces se alcen criticas con ellos mismos, mientras que otros equipos que han sido barridos no dudan en exculparse de su propio fracaso pasando el testigo bien a los ciudadanos, bien a los indignados del 15-M, bien a esos partidos de izquierda que les niegan el apoyo que solicitan,
Si, ese no asumir las culpas es un carácter distintivo de los en algunos lideres del PSOE desde hace muchos, tal vez demasiados años, la disgregación de la derecha, su atomización hizo posible que el PSOE se hiciese con la mayoría absoluta, una mayoría que no supo o no quiso aprovechar, olvidando a aquellos que desde la izquierda le recordaban, le avisaban que su proyecto se escoraba a la derecha, tanto fue así que perdió las elecciones, todo ello fruto de un debate que en su día se cerro en falso, las de por si contradictorias posturas que se le ofrecían al electorado, la transformación de la sociedad demandada por las bases y los ciudadanos y el simple reformismo pequeño burgués planteado por las cúpulas.
Si, de nuevo en el 2012 la culpa de desastre que se prevee sera de los ciudadanos que no han comprendido esas medidas antisociales que se han aprobado y que son necesarias para salvar a los financieros de la quiebra, aunque muy bien podrían haber sido otras y que hubiesen salvado a la clase obrera del paro y del desahucio, la culpa sera de los partidos minoritarios de Izquierda que no les han querido votar, eso si obviando el porque lo han hecho, olvidado a su vez los pactos antinatura llevados a cabo por ese sector reformista del socialismo, y tomados por simples motivos electoralistas, por simples intereses particulares de poder, puede que por una vez la amargura de la derrota sea tal que hará posible el milagro de que los socialistas vuelvan al origen, a las mismas ideas programáticas que le han mantenido como un verdadero partido de izquierdas a lo largo de mas de cien años, y si no, pues no pasa nada, la culpa la tiene el demonio..

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