martes, 13 de septiembre de 2011

Fácil resulta engañar al pueblo.

De las declaraciones de muchos lideres de izquierdas en las que se quejan de los resultados electorales obtenidos, y que no se explican como la clase obrera no les ha votado, mas siempre los expertos para curarse en salud y no pagar por sus errores acusan al pueblo, le acusan de haberse equivocado en la elección, que viendo el ejemplo de la corrupción ellos no la castigan por que ellos mismos se ha corrompido, mas eso jamas ocurre, la propaganda, el populismo unidos a esa aspiración a un mejor estado son los factores que le engañan.
Según algunos, toda la votación se centra en conseguir unos millones de votos que no están comprometidos, y que bambolean desde posiciones de centro izquierda a centro derecha, y es sobre ellos sobre los que se descarga toda la maquinaria propagandistica de los partidos políticos, que tienden a que esos ciudadanos cambien su voluntad, sus intereses adoptando la voluntad y los intereses de unos pocos, si en ese preciso instante el pueblo estuviese suficiente y realmente informado de quien es quien, puede que los resultados no fueran en ningún caso los que algunos expertos y partidos esperan.
Por ello se puede llegar a decir que no son tantos los votantes como los ciudadanos que podrían participar, de ahí que aquellos que pretenden doblegar a su favor la voluntad popular roben la obligatoriedad del voto, puesto que si, el voto es un derecho, pero también es una obligación un deber para con la democracia, para con el estado, por eso que nadie dude que si eso fuera así las diferencias de votos entre partidos no seria ni por asomo la actual, todo lo contrario el sistema bipartidista estaría totalmente obsoleto, puede que por ello tampoco se reforme la ley electoral, otra forma de engañar al pueblo.

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