El complejo del avestruz.

Los gobiernos conservadores necesitan de eventos, juegos, carreras, fútbol como el aire que respiran, son su salvavidas, en ellos la masa vierte toda su violencia, toda su frustración, la intima desesperación en la que se encuentran inmersos, si, acabada la carrera o el partido los problemas siguen ahí, paradójico, los seguidores de los vencedores están exultantes, como si con la victoria sus problemas se hubiesen disuelto, pasada la euforia caerán de nuevo en la apatía, mientras los perdedores se habrán hundido aun mas en las cenagosas aguas de la crisis.

Y es que los españoles parecen pasar de todo, haberse cruzado de brazos,como resignados ante que parece inevitable, que sus derechos sean dinamitados ya no por un gobierno de derechas, si no por aquel que debiera haber sido el garante de los mismos, y si el pueblo no reacciona el futuro que se avecina en caso de cumplirse como vaticinan las encuestas no existe, pues jamas el PP puede guardar lo que se les ha arrebatado en mas de cien años de lucha obrera a los explotadores de derecha.

Y aun mas como podrán gobernar las derechas si sus órganos están podridos por dentro, corroídos por la fata de ética, por la corrupción, y que decir de su sistema, ese que pone como ejemplo su líder, el modelo valenciano que a ojos vista se caracteriza por su fracaso económico, el derrumbe de toda una comunidad numero uno en su día como motor y hoy medalla de oro en destrucción de empleo y endeudamiento.

Pero puede que al final de esa larga etapa de gobiernos autonómicos, de alcaldías, de diputaciones que han llevado a la ruina no solo al País Valenciano, si no incluso a la Comunidad Madrileña este llegando a su final, a la encrucijada que marcara el punto de inflexión, el de no retorno para la clase obrera, para los humildes, para los débiles si siguen hipnotizados por todas esas mentiras, todo ese falso paraíso donde todos eran ricos, llegando a creer que vivían en el país de Jauja, y aun no se asimila el golpe, tal ha sido que parece haberlos noqueado, necesitan que alguien les acerque a la nariz el amoniaco antes de que sea demasiado tarde, ahora solo nos falta saber quien es el que tiene el frasco.

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