viernes, 29 de julio de 2011

Oportunidad perdida.

La anunciada caída del Presidente Camps ha supuesto un oportunidad de oro para la recuperación de la ética democrática al País Valenciano, una oportunidad que han dejado correr los dos grandes partidos, el PP y el PSPV.
El PP con su seguidismo de la saga política de aclamaciones de candidatos, bendecidos sin duda ninguna por el ya expresidente Señor Camps, no se debe de olvidar que los Fabra han sido necesarios colaboradores del campismo en su lucha contra el sector zaplanista, ese y no otro motivo ha sido el que ha motivado la elección del nuevo Presidente, su bagaje político mas bien anda escaso, y de eso los socialistas castellonenses saben un rato.
Si realmente el señor Fabra fuera y estuviese construido de una fibra diferente de la del señor Camps, cosa harto imposible pues en el PP como en todo partido de derechas existe un perfil, un patrón único por el cual todos sus militantes están cortados, hubiese exigido las actas a todos aquellos diputados, alcaldes o concejales sobre los que cae ya no la simple sospecha, si no la certeza de estar contaminados por la corrupción, no solo no lo ha hecho, si no que no lo hará oportunidad perdida de volver a ser un partido ético y en cual poder confiar.
Mas el nuevo PSPV, ese que algunos intentaron o quisieron rebautizar como Socialistas Valencianos, no le va a la zaga, pues que mejor ocasión de demostrar que los señores del PP están en política para hacerse ricos, para detentar el poder por el poder, que esa dimisión del señor Camps, pìdiendo y exigiendo al PP la convocatoria de unos nuevos comicios, donde el pueblo soberano pudiese elegir a quien o que partido político preferiría para el gobierno, pero no, no solo ha guardado silencio si no que ademas les tiende puentes para facilitarles la gobernabilidad, para oh, sorpresa seguir estando en una oposición cómoda, como aquellas otras que desde el triunfo de Zaplana les arrebato el poder, algo que fue criticado y utilizado para hacer caer anteriores ejecutivas, oportunidad perdida de demostrar que algunos están en política para defender los intereses del pueblo, y así recuperar la confianza perdida.
Si, se ha perdido una oportunidad, pero lo lamentable no es la perdida de los políticos, ellos no pierden siguen en sus escaños, la perdida la ha sufrido el pueblo valenciano que asistirá indefenso a la destrucción de sus derechos, a las privatizaciones salvajes en sanidad y educación, al despilfarro de los dineros públicos en eventos, fiestas y saraos, sin que nadie tenga la fortaleza para decir y gritarles basta.

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