jueves, 4 de agosto de 2011

El final de un proyecto.

Desde aquel lejano congreso en el cual Felipe Gonzalez mediante su dimisión cambio el rumbo del PSOE, haciéndole abandonar su tradicional papel revolucionario y defensor de la clase proletaria, para convertirse en partido revisionista de corte social demócrata alemán ha llovido bastante, y esa lluvia a terminado por arrastrar aquel oportunista cambio de dirección al precipicio, al haberse ganado la desconfianza de los suyos y no haber conseguido el añorado respaldo de la pequeña y mediana burguesía.
Si, fue el oportunismo del momento, las fuerzas de derechas se fragmentaban, lo que llevo a la cúpula de los socialistas ha abandonar el marxismo, y buscar ese ansiado centro, y para ello se materializo la ruta y el material ideológico necesario para conducir el partido pon la senda marcada por la social democracia alemana, cuyo líder Willy Brandt paso a ser el maestro de aquellos que habian arrimado a una parte al resto de corrientes ideológicas.
Aun a sabiendas que la social democracia es una mas de las corrientes internas, se convirtió de la noche a la mañana en el catecismo a seguir, cuando ella solo es la representación de un pequeña parte de la clase obrera, se podría decir que a la misma solo pertenecen los funcionarios y empleados en las empresas publicas, algo que a la larga ha ido minando su despensa de votos tal y conforme los obreros han ido descubriendo esa verdad.
Esa búsqueda del centro, esa convivencia con la pequeña burguesía es la que ha arrojado al PSOE a los brazos del liberalismo económico, que lleva aparejado esas tímidas reformas que al final se acaban convirtiendo en lastres de esa misma política, nunca pueden convivir derechos sociales, igualdad y libertad, con el capital y el actual neo liberalismo.
Y ahora de abre un nuevo horizonte ante los socialista, un horizonte que lejos de presentar una linea nítida y concreta, se debate entre los diferentes enfoques posibles, y hay miedo, desconcierto, pues se sabe que el proyecto social demócrata esta acabado, caducado, que es necesario recobrar el materialismo histórico, recobrar la ideología socialista, pero la maquinaria del partido esta colapsada, y lo esta por la acción de todos aquellos que ven en ese cambio el final de su trabajo, pues eso es lo que distingue el socialismo de la social demócrata, el primero esta integrado por militantes, el segundo por verdaderos funcionario del partido, mas solo hay un camino para llegar a la meta, para recuperar la confianza de los ciudadanos, dejar de ser simples reformistas, y transformar el estado.

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