Ciertamente los males que hasta el día de hoy han aquejado no solo a España, a los españoles y por supuesto especialmente a los socialistas de ese inexistente País Valenciano la tiene el rey Felón, Fernando VII.
Es suficiente el comprobar como su vida es fiel reflejo de los que no una, ni dos, ni tres sino cientos de veces de la realidad histórica que en eso territorios de palmeras y naranjos, donde el sol y el ladrillo han supuesto el clímax de todo un esperpento.
Si, mientras los sufridos españolitos se daban de bofetadas contra el francés Fernando abdicaba el trono en favor del mismo a cambio de un castillo y una pensión anual de cuatro millones de reales, mas la adversa fortuna le privo de ese grande premio, si, lo que era imposible va y pasa, los harapientos obreros españoles corrieron a los aguerridos de Napoleón mas allá de las fronteras, y claro se vio obligado a volver, cosa que después de haber vivido con el lujo francés no le venia muy a bien.
Y en llegando, a desfacer entuertos, ¿la Pepa?, una constitución ni por esas, aquí el que manda manda, y a todos aquellos que habían luchado en su nombre o bien desterrados in situ o directamente ajusticiados.
Pero claro esta el pueblo y los burgueses no estaban muy dispuestos a seguir la jugada, como dirían algunas de mis mejores amigas, los españoles estaban hasta el moño, y ni que decir tiene que el pueblo se sublevo, marcha atrás del Molesto y para no perder la poltrona nos espeto aquello de :«Marchemos francamente, y yo el primero, por la senda constitucional», no contento se me fue a por el Sacorzi de turno y con los Cien Mil Hijos de San Luis, lo mercados financieros de la época, todo atado y bien atado, y a continuar marimandando.
Pero lo bueno, lo mejor de lo mejor fue su ultima jugarreta, si, ?no recordáis?, como tenia que nombrar heredero, pues ni corto ni perezoso el muy cuco, va y promulga la Pragmática Sanción y nombra heredera a su hija Isabel, pero claro los asesores, grupos de presión, y otros deshacedores de entuertos van y le convencen a que anule la misma, y el Molesto con dos narices va y lo hace, y ahí empezó el cotarro, el lío monumental, pues por Belcebú que si aquella cosa no la hubiese hecho, con Isabel de Reina seguro, pero seguro que de mejor suerte nos hubieran ido a los españoles todas la cosa, incluidas las elecciones a los socialistas..
No hay comentarios:
Publicar un comentario