lunes, 5 de diciembre de 2011

UNA CONSTITUCIÓN SIEMPRE SE PUEDE CAMBIAR






Después de la larga noche en la historia de España que abarca desde el 1 de abril de 1939 y el 20 de noviembre de 1975, comienza un nuevo amanecer con la toma posesión de su cargo D. Juan Carlos de Borbon como Rey , con su tutela y bajo el impulso del recién nombrado presidente de gobierno Adolfo Suarez, comenzara la aventura, la andadura de lo que hoy se conoce como un modelo de cambio político, la Transición Española a la Democracia.
Una característica propia y que define la Constitución Española de 1978, es su indefinición en ciertas partes de la misma, todo ello fruto de los avatares políticos del momento, así como los condicionantes de ciertos poderes facticos, lo que llevo a constantes pactos a los que debían de llegar los integrantes de la comisión, para poder salvar numerosos escollos y vetos.
Si nos hundimos en su texto veremos que como consecuencia de esos “pasteleos” existen materias en las cuales nadie estuvo o no se alcanzaron principios de acuerdo, “lo que no deja, se deja”, y eso se hizo fueron dejadas de lado, pero también se dejaron textos descafeinados cuando el resultado no era acorde o posible en esos momentos de la historia, por ello se dejaron para mas tarde el estudio o reescritura de los mismos, como ocurre con el problema de las mujeres para subir al trono.
Ahora treinta y tres años mas tarde el pueblo español a madurado, esos sectores retrógrados que amenazaban siempre con ruido de sables ha desaparecido, las circunstancias políticas en que se mueven las leyes autonómicas han sido sobrepasadas, existe una heredera al trono, todo ello hace imprescindible que esos textos ambiguos que condicionan los derechos de las españolas y los españoles sean reescritos, siempre lo primero es el Pueblo, una responsabilidad histórica que le corresponde a los ciudadanos

No hay comentarios:

Publicar un comentario