domingo, 20 de noviembre de 2011

Donde perdimos la senda, la reencontraremos.




El obsesivo paro, esa angustia que atenaza a la clase obrera, y que dentro de nada se extenderá hacia las clases medias, hacia las profesiones liberales, los autónomos, empieza a hervir en esa olla de los conflictos de clase, la inestabilidad comienza ha hacer su aparición en el horizonte, eso se ve a simple vista basta darse un garbeo por la noche los bares y restaurantes están vacíos, la inseguridad del empleo se ha contagiado a aquellos que aun lo disfrutan.
A no tardar cualquier problema comenzara ha adquirir tamaños considerables, y se empezaran a entrelazar las reivindicaciones de los diferentes sectores productivos, y para encrespar mas los ánimos esas declaraciones de esos gerifaltes, esos de abultada cartera sobre temas económicos como las pensiones, el obrero, el parado, el jubilado, haran que estos pronto comiencen a pensar que la situación económica se vuelve intolerable, que no es de justicia lo que se esta haciendo con el dinero publico, dándoselo a aquellos que son culpables de ambición y usura, esos directivos financieros sin escrúpulos, esos que se embolsillan miles de millones y niegan el pan y la sal a las clases humildes, a los jóvenes, a los pequeños empresarios, y de rebote esas criticas, esa desazón, ese sentimiento de abandono se ha dirigido contra el gobierno, contra esa sensación de impotencia que hemos trasmitido por no haber sido mas duro, de izquierdas con los causantes del desaguisado, mas pronto que tarde se revolverá contra los señores de la derecha.
El sistema parlamentario esta tocado, los debates, las confrontaciones deben de dejar de arañar las superficies de los problemas,como si se temiera hundir el bisturí en el cáncer que ahoga a la economía, intentando usar cuidados paliativos cuando se debe de extirpar sin contemplaciones la masa putrefacta del ultraliberalismo, para terminar con la sensación de incapacidad que se ha trasmitido en esta legislatura,
Ha comenzado el principio del fin, la caída de los oradores, de los políticos, se han cambiado por ese populista que pese a lo prometido no podrá transformar esa sensación de fracaso, donde los valores sociales serán reemplazados por el patriotismo de casino,incapaz de poner fin a los males que aqueja a la nación, encontrar un culpable, un chivo expiatorio les es fácil, la izquierda, por ello siempre es bueno mirar atrás como dijera el poeta, para no volver a pisar,nunca se pñuede construir una casa desde el tejado, los edificios ruinosos deben de ser demolidos y sobre sus cimientos levantar un nuevo edificio,que los obreros, las bases desde su real participación hará el milagro, hará que el cemento del socialismo como el que creía Pablo Iglesias fragüe, pues si lo hace sabe muy bien que el camino de esa igualdad y esa libertad que aterroriza a la derecha se recobrara y ya nada nos detendrá.

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