El viento invernal, mas bien la ventisca silbaba a través de los sacos terreros, las volutas de nieve, pequeños y frágiles cristales de hielo chisporroteaban sobre los ardientes cañones de los fusiles, noviembre, solo el recuerdo de tus ojos mantiene viva la esperanza, nubes grises que dejan caer sus malditas bombas, nieva, recuerdo la nieve sobre tu pelo, retumba la tormenta mientras los obuses destruyen las alambradas, sueño, su calor evoca tu cuerpo junto al mio, tu piel sobre mi piel, las rugientes olas rompen contra los acantilados, miles de hombres caen segados como cañas de trigo bajo las hoces de las ametralladoras, te veo recoger las espigas, jugueteando entre la paja en la era, beso tus labios de grana, repiquetea la metralla de las bombas contra mi casco, son tus dedos que recorren mi pelo, pequeña, es noviembre, noviembre del 36, en aquella balaustrada del Puente de los Franceses, en el Manzanares, en la Ciudad Universitaria de un Madrid trágico, hoy al parecer olvidado, mi amor, jamas pude olvidarte, no oí la bala que como un beso tuyo hallo mi frente.
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