jueves, 12 de mayo de 2011

Cuneros siglo XXI.

La palabra cunero ha dejado ser ese San Benito que los ciudadanos del siglo XIX y principio del XX cargaban a aquellos otros ciudadanos puestos por el cacique de turno para controlar un determinado territorio, tal como ocurría con la Alcarria en manos de su cacique el conde de Romanones.
Esos ciudadanos eran elegidos a través de una elecciones en las que los pucherazos, los fraudes, la manipulación de censos y las compras de votos era el pan nuestro de cada día, asegurándose de esa forma el cacique el control de ayuntamientos e incluso diputaciones, cuando incluso las cortes, a través de esos “cuneros” simples testaferros .
Con los cambios en la leyes electorales este tipo de manipulaciones vinieron a desaparecer, la cultura y los cambios democráticos casi se diría que le pusieron la puntilla, mas nunca ha llegado a desaparecer, la derecha nunca ha renunciado al control de la administración en su creencia de que son ellos los verdaderos elegidos para hacerlo, y ese caciquismo, esos cuneros han cambiado de estilo, el primero se ha convertido en clientelismo, ya no son representantes del cacique los que ocupan la plaza, no son los pequeños caciques, taifas en cada pueblo, alcaldes que siguen empleando los mismos métodos de antaño, pueden atrasar o adelantar tramites administrativos o burocráticos según se se amigo o no, repartir peonadas entre los jornaleros o parados del municipio, incluso en la aplicación de las tasas, consiguen amarrar los votos.
Pero hoy aun existen poblaciones en las que por un sentimiento de miedo, a esos nuevos caciques, y mas aun en los periodos de crisis, los vecinos de una derterminada ideología política en casi todos los caso de izquierdas, no presentan las listas electorales, ante esta situación como históricamente a pasado los partidos de izquierda, presentan a sus militantes aun no siendo vecinos de esas poblaciones, pues lo que parece ser un inconveniente se convierte en una ventaja, dado que esos candidatos no pueden ser extorsionados por el cacique de turno, lo que eleva la calidad de la democracia en esa población y por ende en todo el estado.
Mientras en una democracia no puedan ser extirpados lo pequeños caciques y sus practicas clientelistas siempre se necesitaran de cuneros, los cuneros del siglo XXI, ciudadanos libres que creen en la libertad, la igualdad y la solidaridad, en la democracia.

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