QUE NADIE ACALLE TU VOZ.

Esa frase es parte de una canción de esas que para aquellos que perdimos parte de nuestra juventud, de los estudios, del futuro en manifestaciones, huelgas y carreras delante de los “Grises” nos retrotrae a esa lucha por la libertad y la democracia,y con esa no descentralización del estado, de esos pactos anti natura, por los que se nos ha recortado nuestros derecho aquellos que conseguimos el famoso 1978, donde hablo pueblo, ese era y fue el instante o y pero algo mas tarde los intereses de unos pocos y la ayuda inestimable de ciertos políticos, que no todos, acallaron su voz, el pueblo guardo silencio hasta el 15 de Mayo del 2011.

Para nuestra vergüenza y nuestra desgracia la libertad de expresión que es uno de los derechos fundamentales del ser humano en el sistema democrático, no siempre se puede ejercer, siempre hay algo, alguien, esos fundamentalistas, intolerantes (no hace falta ir muy lejos para descubrirlos), que pretenden oprimir, dominar al pueblo, andan siempre dispuestos a acallar esas voces criticas,la de los periodistas,militantes, simples ciudadanos, esas que pueden levantar polvaredas, alzando las cortinas que esconden, corruptelas, mentiras, intereses desmedidos, falso dioses, lideres políticos o religiosos egocéntricos y egolatras.

Ahora han vuelto a resonar en mis oídos aquellas cantinelas de libertad y amnistia, en contrapartida de aquella otra que llevaban en sus bocas esos que hoy nos dicen “Centrados en ti”: no a la Constitución, como entonces hoy he recordado aquella negra noche de cuarenta años con la que nos premiaron sus ancestros. mas ahora como entonces los idealistas y el pueblo, deberemos de rompemos las uñas arrancado los adoquines para levantar barricadas si llegara el caso, demoliendo una a una esas las paredes donde se esconde la hidra de la corrupción, las arpías devoradoras de la ética política, solo cuando caigan abatidos los muros de las mil Babilonias a lo largo y ancho del País, podremos acallar y silenciar nuestras voces, pues no sera necesario gritar libertad, pues la poseeremos y con ella florecerá como una amapola en el asfalto la verdadera democracia.