Nadie pide nacer, nadie elige vivir, pero una vez nacido, mi cuerpo y mi vida me pertenecen, soy su dueño, pero mi compañero de viaje es el miedo a la muerte, el miedo al dolor, no conozco, ni he conocido ni creo que llegue a conocer alguna persona que en su sano juicio no tema a uno u al otro, incluso a ambos.
No hay dignidad en la muerte, fin ultimo de cada uno de nosotros, solo cambia la forma de morir, es lo mismo morir de viejo en el lecho, heroicamente en combate, en un accidente, etcétera, la forma de hacerlo normalmente no es una elección del hombre, como vulgarmente se dice hasta que te toca, ahí nace el miedo, no se piensa en ella, se rehuye, las diversas creencias religiosas desde el principio de los tiempos tratan de aplicar cuidados paliativos a ese miedo, a ese desenlace, ya sea el paraíso, el mas allá, la resurrección, todo un compendio de realidades-mito para hacer perder el miedo a la temible parca.
El dolor aun nos asusta mas, todos desean una muerte rápida e indolora, morir durmiendo, no despertar, pero para calmar el dolor desde la antigüedad se han usado drogas , el dolor puede llegar ha hacer que un hombre cometa atroces barbaridades, como si de cualquier animal herido se tratase.
Es interesante conocer el punto de vista de al menos una parte de la Iglesia católica con referencia a como debería de ser una muerte digna, a lo visto sera digno morir el suplicio de la cruz, en el circo en una pelea de gladiadores, en lucha desigual con fieras, porque a estos no se les aplicaba tratamientos paliativos.
La dignidad humana es el respeto al ser humano como tal, no se encuentra en el sufrimiento, en el dolor de una lenta e inexorable agonía,, cualquier ciudadano tiene unos derechos que históricamente le han sido primero arrebatados y luego negados por la religión, su derecho a la libre conciencia, su derecho a su cuerpo, y el mas fundamental su derecho ha decidir su muerte, una muerte en paz y sosiego, lejos del ritual de sufrimiento que algunos se empeñan en que les acompañe como moneda de pago para no se sabe bien que destino y para que fin.
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