miércoles, 11 de mayo de 2011

Guarden la demagogia: se han abierto las urnas


No digo que los temas de los que han expuesto y de los cuales ahora no sean importantes, pero tal vez si se hiciese memoria de todo lo cariacontecido en un antes y un después de cuatro largos y negros años, podríamos hacerles suspender las pruebas, al menos eso creo yo en mi pobre ignorancia.
Y si, suspenderlos pues otro gallo cantaría a no ser por ese sistema electoral donde todos pueden ser electores y elegidos, un hombre, una mujer un voto, listas cerradas, porcentajes, todo, todo subterfugios, cambalaches, pasteleos si no que se lo digan a AP, Fuerza Nueva y la UCD cuando lo pactaron en tiempos constitucionales, y claro esta esto se puede bautizar con el nombre que quieras, simple y llanamente es una deformación de sistema democrático en benéfico de un partido, de dos, pues en haber mas de dos la baraja se rompe, si no que se lo digan a todos aquellos a los que se ha excluido del juego democrático.
La calle es la verdadera escuela del político, no solo ella, sino el bar, el hogar del jubilado, la panadería, la peluquería, el tajo, el andamio, la mina, el alto horno, cualquier lugar donde se reúnan dos trabajadores, bueno.......... tal vez dejemos un sitio a los lugares donde se reúnen los intelectuales, pero estos son los que componen ese congreso de cultos y ricos hombres como no ha mucho dijo un diputado, el problema es que esos de teoría saben mogollón, de conocimiento de la vida un suspenso, pues en sus regaladas vidas jamas tuvieron comer polvo y tierra, como aquel niño yuntero.
Mas nadie sobra cuando se quiere transformar la sociedad, incluso los intelectuales, que hubiese sido de la revolución francesa sin aquellos Chaiers de Dolence, donde se recogían todas las ansias del pueblo, sus reivindicaciones, cosa que se han olvidado de hacer las izquierdas, se han olvidado un poco o tal vez un mucho del pueblo, ese olvido es fruto de la confusión de sus deseos, aspiraciones, reivindicaciones son las suyas, craso error, han roto el hechizo, el puente y han quedado desconectados, ses han convertido en un cauce seco, vacío de todas esas voces y necesidades que lo utilizaban, y la izquierda, el País Valencia, los valencianos lo necesitan primero para recuperar la esperanza y segundo para afianzar la transformación que se necesita, y eso solo se consigue llenando las urnas de papeletas.

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