martes, 17 de mayo de 2011

Indignados.



Cuando en los paridos políticos sus lideres dejan de tener la ética necesaria para reprocharse ya no solo sus errores, si no su propia actuación, pone en cuestión no solo su decencia, su ética, su moral, si no la de su partido y la de todos los demás, y los ciudadanos se avergüenzan de ellos, dejan de tener confianza en los mismos, y pacientes esperan una regeneración que en España y en la derecha no ha llegado, y entonces su paciencia se convierte en indignación.
Se ha dicho que España, sus ciudadanos habían demostrado estar a la altura de las circunstancias cuando la huelga general fue desactivada, que era un pueblo adulto, no, no lo era, era un pueblo cansado, hastiado, sabiéndose engañado aun se mostró paciente, y volvió a esperar.
Ahora esos grandes demagogos dicen tener la solución de la crisis, que al día siguiente de que obtengan el triunfo le pondrán solución, falso, pues aunque quieran no lo pueden hacer, y no lo harán porque España ha dejado de estar sola en el mundo, que la crisis que nos sacude es mundial, la solución también es global, nadie puede salir por él mismo, ningún país, ninguna nación, ya lo intento en su tiempo el nazismo y el fascismo, y el resultado millones de muertos.
Si, los españoles se pueden mostrar indignados con sus gobernantes, en todas y cada una de las administraciones, e incluso con aquellos que moran en la oposición, pues han creado en plena crisis una clase privilegiada, esa misma que con su ambición nos ha llevado al abismo.
Ahora en plena campaña electoral la paciencia del pueblo se ha agotado, la angustia mas profunda se ha instalado en el corazón de la clase obrera, la miseria amenaza a mas de un millón de hogares, la decadencia política y de los políticos es absoluta, aun mas cuando comprenden y se percatan que ellos, sus voces gracias a un sistema electoral injusto no serán escuchadas en el templo de la democracia, y se indignan y me indigno, ?como me puedo llamar demócrata cuando pisoteo los derechos de las minorías?¿como me puedo llamar demócrata cuando los excluyo como parias?, y todo por que aquellos viejos y honrados políticos, aquellos para los que la ideología y el interés del pueblo era su religión han sido apartados, han sido olvidados, incomprensiblemente así ha sido, por ello la sacudida puede ser mayor de lo esperado, pues solo caben tres salidas para esa indignación, abstenerse en ese tablero de juego cargado, votar a aquellos partidos que pueden ser el cauce de sus reivindicaciones al margen de los grandes partidos, o intentar transformar la sociedad a través de las revueltas sociales, esa parece la meta hacia donde nos han llevado, y yo me siento indignado.

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