martes, 1 de marzo de 2011

La identidad de un pueblo, una cuestión pendiente.

A pesar de miles de actos reivindicativos desde mil novecientos setenta y ocho, no ha sido posible llegar a un consenso, a un gran acuerdo de todos los partidos del País Valencia, si no que mas bien los acuerdos pactados y bendecidos por los grandes partidos nacionales han supuesto el escollo contra los que se han estrellado las ansias de libertad y auto gobierno de los valencianos, a los que incluso se les ha negado la vertebración territorial y política propias.
Cabe en este punto recordar que para una gran mayoría de valencianos allá por los años setenta, España, la que nacía ha la nueva democracia era un estado plurinacional, tal y como se reflejo en la Constitución, pero un estado no es una nación, naciones eran aquellos territorios que lo conformaban, todo ello fruto del sentimiento de pertenencia de sus ciudadanos, naciones que no regiones, nacionalismos que no regionalismos, como muchos políticos jacobinos o herederos del franquismo querían y quieren hacer ver.
Mas la llamada descentralizacion del poder no ha existido el centralismo ha dejado paso a un cerrilismo a ultranza en la defensa de una sola nación ignorando y despreciando en muchos casos a las minorías de la periferia, lo que en algunos casos ha llevado a acrecentar el sentimiento nacionalista e independentista no solo de los ciudadanos autóctonos si no también los emigrados que se sienten plenamente integrados en esas naciones, ese sentimiento de rechazo se ve incrementado por la aplicación de medidas tendentes recortar las libertades de los pueblos.
Esos proyectos tendentes a una nueva centralización del poder que se dejan traslucir en los discursos sobre las transferencias autonomías realizados por el PSOE y el PP necesitan del apoyo de organizaciones y partidarios en cada una de las nacionalidades, y en Valencia esa colaboración es la que ha colapsado el estatuto, borrando de el toda referencia al termino ya no nación si no incluso al termino País, y con él todo lo que le es inherente como su vertebración territorial política y económica, en una palabra han mutilado nuestra identidad como pueblo, y con ella nuestra libertad, este ha sido el colofón de aquel famoso pacto que propuso la UCD en su tiempo de la mano de abril Martorell, con el beneplácito y apoyo del principal partido de la oposición, pacto por el que se despojo nuevamente al País Valenciano de sus derechos e identidad.

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