Al final todas las dictaduras se parecen, son iguales sus métodos para maniatar al pueblo y mantenerse en el poder, la movilización de los suyos y de otros muchos que acuden forzados y engañados, los unos empleaban la famosa plaza de Oriente para refrendar sus políticas otros emplean las convenciones, las inauguraciones, incluso la televisión como bocera de la suya.
Pero lo verdaderamente fundamental para mantenerse, es no solo no decir la verdad de todo, si no además amordazar cuando no silenciar a todo y todos aquellos que cuentan y publican otras versiones demostrativas de la demagogia que esos que jamas han creído en la democracia a no se que los vientos le sean favorables emplean.
Memoria, ciertamente ahí esta, los constantes secuestros de la Codorniz o Cuadernos para el dialogo, las interferencias de las emisiones de radio libre, o la voladura del Diario Madrid, aquello paso, pero acá, al País Valencia se ha despreciado la libertad de información de sus ciudadanos, una férrea censura para evitar que sus ciudadanos tengan otros puntos de vista para juzgar, censura que ha llevado al cierre de las emisiones de TV3, a la mayoría e ciudadanos, los que tienen canales de pago pueden recibirla a través de las mismas.
El Doctorcito fue el pionero en estas cuestiones, él sabia perfectamente que controlando la información manipulaba la conciencia del pueblo, y así condujo a los alemanes a los brazos del nazismo, los aboco a una guerra que destruyo su país, los encarrilo hacia la mas absoluta intolerancia que llevo al exterminio del diferente, millones de hombre murieron por ello,en el caso de los valencianos, Canal 9 es la resurrección de aquellos métodos, alma de la mentira que repetida mil veces se piensa que es verdad, cómplice de la corrupción que corroe el tejido político, catalizador de la crispación y la intolerancia que día a día va creciendo en nuestros pueblos, en nuestro barrios, mas a diferencia de aquella época no existen campos de concentración, aunque muchos hubieran deseado que existieran, y se quiera o no cada cuatro años hay que rendir cuenta ante el pueblo, en las urnas, y esas son caprichosas, muy, pero que muy caprichosas, aun me ronda por la cabeza un 14-M.
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