viernes, 25 de febrero de 2011

El final del neo liberalismo.

Puede decirse desde la óptica de la clase trabajadora que esta ultima crisis ha marcado el punto de no retorno del capitalismo, el deterioro del sistema frente a las incipientes muestras de rechazo total del mismo es definitiva, su reforma, que no las reformas llevadas a cabo por gobiernos títeres, se presenta como inevitable, no solo para los gobiernos del norte de África si no incluso y mas necesariamente para los gobiernos europeos.
Unas medidas en profundidad, capaces de desmontar el reinado esclavista actual, no unas simples medidas cosméticas tales como las que parece se pretenden implantar para la resolución de la crisis del Magreb, el desprestigio no solo de las dictaduras que lo formaban , si no ademas de esos llamados países democráticos que hasta ayer mismo les apoyaban y consentían.
Pese a los resultados de las encuestas que auguran el triunfo de la derecha en las diferentes confrontaciones a nivel europeo, podemos afirmar que dado que la mayoría de electores se inclina por la abstención cabe la posibilidad de un cambio real, de persistir las actuales circunstancias de retroceso en todos los aspectos, tanto económico como en la perdida de derechos sociales.
El nuevo sistema deberá de partir de antiguas pero no caducas premisas (se deben de reformar las caducas estructuras tanto del capitalismo propio, como del neo liberalismo imperante)el marxismo científico y el modelo keynesiano, negociando con los opositores y represan tes sindicales su mas rápida implantación en la sociedad actual, a fin de evitar en lo posible la conflictividad política y social que actualmente comienza a sacudir a diferentes estados, y que no evitarse pueden bien acabar en guerras civiles locales o extenderse como una mancha de aceite a los países vecinos y por ende al mundo, y España no es inmune a este proceso, todo lo contrario a el nos dirigimos de una forma acelerada por la aplicación de medidas antisociales y la corrupción galopante de los partidos de la derecha española, basta comprobar las respuestas dadas por los ciudadanos en relación a que problemas les preocupan mas o que grado de confianza les ofrecen los actuales dirigentes y partidos políticos españoles.

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